París le apostó a la inclusión, a la igualdad, a la poca generación de derechos… pero se olvidó de sus ciudadanos, de aquellos que no pudieron adquirir una entrada, de los turistas despistados que no estuvieron al tanto de una organización que generó molestias y caos en la inauguración de los juegos de verano.
Y es que los alrededores del Río Sena fueron el escenario para el descontento de citadinos y turistas que hasta un par de horas previas a la inauguración se enteraron de la necesidad de comprar una entrada, de generar un código QR que te permitiera a uno de los dos accesos de seguridad: zona gris o zona roja.
¿Cómo se vivió la ceremonia de inauguración de los juegos de París?
En la intersección de Avenue George y Avenue Montaigne, justo frente del lujoso restaurante Chez Francis, unas rejas fueron colocadas para tener uno de los tantos accesos al área del recorrido del Río Sena que conformó la ceremonia de inauguración.
Rejas que dividieron a la sociedad francés en dos: los privilegiados con acceso y los que no gozaron de dicha oportunidad. Si bien el enrejado permitía la vista, el Comité Organizador de los juegos y el gobierno francés limitó la colocación de pantallas gigantes para apreciar el evento de manera gratuita pues alrededor de 80 fueron colocadas en fans zone con un cobro de acceso, por lo que solo se podía apreciar a aquellos con acceso buscar sus lugares para ver el espectáculo.
Esto ocasionó enojo entre los curiosos que se colocaron frente al restaurante y detrás del enrejado para ver a lo lejos una pantalla, escuchar la narración del espectáculo y al menos tener una fotografía de la Torre Eiffel.
Muchos se resignaron con esperar la caída de la noche con su oscuridad para al menos ver la iluminación del emblemático monumento y un esperado show de fuegos artificiales, otros, no aguantaron la espera de casi tres horas de show y emprendieron el camino de regreso a casa o su lugar de hospedaje, pues turistas de varios países no tuvieron en conocimiento del proceso y la dinámica para adquirir entradas o el código QR para el tránsito.
Cabe destacar que los precios de las entradas oscilaron entre los 900 y 3 mil euros según la categoría y la ubicación, con asientos disponibles a orillas del Sena o en determinados puentes.
Tal es el caso de Daira Islas de la Ciudad de México, una turista que desde hace un año planeó un viaje junto a su madre a la capital francesa. Sin embargo, en un momento pensó que podría disfrutar de la ceremonia de manera gratuita hasta que tuvo el conocimiento de la necesidad de comprar entradas.
“Mi aventura ha sido muy bonita, pero no sabíamos. Cuando compré los boletos hace un año no sabía que iban a estar vendiendo los boletos para entrar y creí que el acceso iba a ser libre”, dijo en entrevista para MARCA MX.
Y es que Daira junto a su madre fue una de las espectadoras de la ceremonia detrás de una reja a la espera de los fuegos artificiales y escuchando el audio que ilustró a la imaginación para tener imágenes en la mente de lo que se estaba viviendo en el Sena.
“Se vive el ambiente bien, se escucha todo el ambiente. Todo está tranquilo, no es como en México (la fiesta y emoción)”.
Apareció primero enTu Chica Musical
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