El Gran Premio de Azerbaiyán fue escenario del choque que marcó un punto de inflexión en la temporada. Carlos Sainz y Checo Pérez, en una intensa lucha por la tercera posición, terminaron chocando contra el muro en un final dramático. Sin embargo, el mayor impacto del incidente se sintió en el box de McLaren, que no ocultó su euforia al verse beneficiado por el choque de sus rivales.
Las dos caras en los boxes
El box de McLaren estalló en una celebración cuando el choque entre Sainz y Pérez dejó a ambos pilotos fuera de los puntos. La euforia se desató con gritos al ver el resultado del accidente. Los miembros del equipo no se contuvieron y expresaron su entusiasmo de manera abierta: “¡Vamos Carlos, ve por ese pu** estúpido!” gritaban algunos técnicos, claramente apoyando a Sainz en su enfrentamiento con Checo. La alegría alcanzó su punto culminante cuando el accidente se hizo evidente. “¡Eso es una bandera roja sin discusión! ¡Eso es bueno para nosotros!” exclamaron, celebrando el giro favorable que les permitía superar a Red Bull en la clasificación.
La reacción en el box de Red Bull fue muy diferente. El equipo del mexicano vio cómo su dominio en el campeonato se desvanecía y enfrentó el incidente con frustración y preocupación. Por otro lado, Ferrari observó el desenlace con atención, esperando aprovechar cualquier debilidad en Red Bull mientras se mantiene en la lucha por el título.
El impacto del incidente
El choque entre Sainz y Pérez fue crucial para McLaren, que logró adelantarse a Red Bull en el campeonato por primera vez desde 2014. El incidente, que sacó a ambos pilotos rivales de la competencia por los puntos, se convirtió en un momento decisivo para la escudería británica. Con Oscar Piastri y Lando Norris en posiciones destacadas, McLaren aprovechó al máximo la situación para consolidar su liderazgo en el Mundial.
Apareció primero enTu Chica Musical