Las congregaciones hispanas en Estados Unidos tienen diferentes estilos de adoración, sus líderes manifiestan una gran gratitud por su rol, a pesar de que no pocos de ellos tienen retos en el área económica. Según informó recientemente Baptist Press en Español, los pastores de las iglesias hispanas comparten un deseo común de servir a sus comunidades.
En colaboración con varias denominaciones y redes de iglesias, Lifeway Research realizó una encuesta a pastores hispanos en Estados Unidos. La encuesta fue patrocinada por Lifeway Recursos, la Asociación Evangelística Billy Graham y Samaritan’s Purse.
Giancarlo Montemayor, director de publicaciones globales para Lifeway, afirmó que la respuesta al estudio fue abrumadora. “El objetivo con este segundo estudio es profundizar en algunos de los matices de la iglesia hispana en EE.UU., como la adoración y el alcance”, dijo Montemayor.
El funcionario agregó que además pretendieron abordar las necesidades específicas de los pastores que se enfrentan a cuestiones culturales y políticas únicas en comparación con las iglesias de habla inglesa.
En términos generales los pastores hispanos se desempeñan de manera similar a sus homólogos anglosajones. Sin embargo, mantienen rasgos característicos de su cultura y condiciones.
En cuanto a formación académica, según la investigación de Lifeway, la mayoría de los pastores hispanos cuentan con educación universitaria al menos inicial y casi la mitad llevó algún curso de formación teológica. Apenas un 12 por ciento expresó tener un doctorado de un seminario.
Scott McConnell, director ejecutivo de Lifeway Research, señala que la formación de los pastores hispanos es diversa y no se limita a los seminarios. Sin embargo, “del mismo modo que algunos no pudieron ser estudiantes a tiempo completo para prepararse para el pastorado, muchos deben mantener un empleo además de su función de pastor para proveer económicamente para sus familias”, explica McConnell.
Una gran mayoría de los pastores encuestados por Lifeway (el 88 por ciento) trabaja 20 horas o más en su segundo empleo. La principal razón para tener un segundo trabajo es la necesidad económica para sus familias.
El pastor Miguel Hernández, originario de México y quien vive en Los Ángeles hace siete años trabaja como conserje en una escuela local para poder mantener a su esposa y dos hijos. Su jornada comienza antes del amanecer y termina bien entrada la noche.
“Me levanto a las 4 de la mañana para ir a trabajar. Después de mi turno, regreso a casa, descanso un poco y luego me dirijo a la iglesia para cumplir con mis responsabilidades pastorales. Es agotador, pero mi fe y el amor por mi comunidad me mantienen en pie,” relata Miguel.
Además de las dificultades económicas, los pastores hispanos enfrentan barreras culturales y de idioma. Muchos feligreses no hablan inglés con fluidez, lo que limita su acceso a servicios y recursos esenciales. Los pastores, a menudo, actúan como traductores y mediadores, ayudando a sus congregaciones a navegar por el complejo sistema burocrático estadounidense.
En el estudio de Lifeway Research se les preguntó a los pastores sobre los retos en su vida familiar, bienestar emocional y físico, dinámica de la congregación y necesidades personales.
La mayoría identificó tres problemas que requerían atención: la apatía o falta de compromiso de su congregación (72%), el equilibrio entre el trabajo y el hogar (58%), la práctica constante de ejercicio físico (57%) y dedicar tiempo a relajarse y divertirse fuera del trabajo (50%).
La solidaridad y el apoyo comunitario son fundamentales para los pastores hispanos. Las congregaciones se convierten en redes de apoyo donde los miembros comparten recursos, información y consuelo. A pesar de los desafíos, la fe y el sentido de pertenencia fortalecen a estos líderes espirituales y a sus comunidades.
Mientras continúan su labor en medio de adversidades, estos pastores representan la esperanza y la fortaleza de las comunidades hispanas, recordándonos la importancia de la solidaridad y el apoyo mutuo en tiempos difíciles.