Christian Bermúdez, jugador del Atlante, recordó cómo vivió aquel momento en el que tuvo que estar en prisión por una deuda de pensión alimenticia.
En el canal de YouTube de El Re.portero con Yosgart Gutiérrez, el Hobbit relató lo que vivió cuando fue detenido y los 15 días que pasó en el Reclusorio Norte.
Hobbit Bermúdez y el trato especial que tuvo en la cárcel por ser futbolista y figura pública
“Un guardia me llevó con almohadas y cobijas, no era en el área de población, era en el módulo de las personas que todavía van a dictar sentencia. Mi preocupación era con quién me iban a poner porque soy un poco especial con algunas cosas como el baño.
Me llevaron a un pasillo, pero yo no sabía que iban a sacar a todos, pero sacaron a todos y me metieron en la primer celda, estaba yo solo en el pasillo y en la celda. Siempre tuve un vigilante conmigo. Esa noche pude dormir bien porque la verdad estaba cansado.
Uno de los jefes me fue a visitar, era americanista y se corrió el rumor, muchos me iban a visitar y a ayudar con llamadas. Comía cosas de afuera, me compraban quesadillas, pizzas, me llevaron una tele y una PlayStation; yo jugaba todas las noches.”
Incluso dejó claro que la experiencia no le fue negativa y trató de tomar las mejores cosas y aprendizajes.
“No fue un infierno, la verdad. Conocí a muchas personas que me sorprendieron. Muchos sabían que yo no iba a estar mucho tiempo porque solo era el tema de las negociaciones y cantidades”.
¿Por qué Hobbit Bermúdez estuvo en la cárcel?
Fue a mediados del 2016, cuando jugaba en el Club Puebla, que el Hobbit fue detenido debido a una demanda de su exesposa, quien le exigía el pago de más de 3 millones de pesos en manutención para su hijo.
Luego de dos semanas y alcanzar un acuerdo, Bermúdez fue liberado, lo que le permitió retomar su carrera futbolística.
¿Cómo fue la detención de Hobbit Bermúdez para ser llevado a la cárcel?
Hobbit narró cómo fue su detención y cómo familiares de la mujer se encargaron de toma fotos para hacer mayor escándalo.
“Yo salgo y me suben y vámonos para la ciudad (CDMX). En ese momento me dejan hablar y hablo con la directiva (comandada por los López Chargoy) y me ofrecieron su apoyo, pero no se pudo hacer nada. La verdad es que al pie del cañón, me apoyaron en todo y mis respetos.
Ìbamos entrando a la ciudad y el choque en el que veníamos chocó y me pegué con el asiente de enfrente. Los Chargoy le hablaron a sus abogados, ellos se adelantaron. Primero fui a enfermería y de ahí ya directo, me quité unas cositas que traía como cadenitas y anillos.
Entro y es otro mundo. Voy entrando y me empezaron a saludar y reconocer. Sí, te quitan la ropa y te ven y ya. Ya me fui adentro y yo estaba en una banquita esperando porque me dieron la ropa de los presos, me quedaba grande y estaba en chanclas. Me llevaron comida y yo esperando porque llegué como a las dos de la tarde”.
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