El tarotista y ex integrante de “Bienvenidos”, Pedro Engel, habló sobre la muerte de su hermano David y el suicidio de su esposa.
En conversaciones con el diario La Cuarta, la ex figura de Canal 13 ahondó en estos trágicos hechos.
“Cuando tenía quince años, mi hermano del medio, David, sufrió un accidente automovilístico: fue la primera vez que vi morir a alguien“, comenzó recordando.
“Tuvo un accidente fatal la noche de su despedida de soltero, ni siquiera estaba andando en el auto; estaba estacionado y, al frente, a un chico se le fue en collera el auto y se encapotó en el de mi hermano“, indicó.
“Murió en mis brazos, en el Hospital del Salvador, y vi, por primera vez, cómo el alma salía del cuerpo. Era como de un color azul, que salía por su boca y su nariz”. continuó relatando.
“Quedé muy impresionado, porque me di cuenta de que algo de él seguía vivo en otro espacio. Y por muchos días tuve visiones de dónde estaba, y cómo era el cruce hacia el otro lado”, detalló Pedro.
El también escritor contó al citado medio cómo acompañó a sus padres, quienes se sumergieron en un duelo y que eran personas “muertas en vida”.
Pedro Engel y el suicidio de su esposa
Cuando el tarotista tenía 29 años, tuvo que enfrentar el suicidio de su esposa Ali.
“Al suicidio le quito dramatismo, a pesar de que viví un infierno. Me he conectado con el alma de muchos suicidas, y es algo cultural”, reflexionó el tarotista en el medio La Cuarta.
“En Japón pones en el currículum que tu pariente se suicidó, porque es como una experiencia de honor. Acá por mucho tiempo no te enterraban en cualquier lugar del cementerio, sino que había un patio para suicidas, y había mucha estigmatización para las personas que se suicidan”, comentó.
El ex integrante de “Bienvenidos” detalló cómo logró superar estas pérdidas que le ayudaron a ver a la muerte con otros ojos.
“Para atravesar el dolor a concho y a capela tuve la suerte de tener buenas maestras y maestros. De muy joven conocí a Tólita Albert y también conocí a la psiquiatra Lola Hoffmann” reveló.
“Cuando alguien se está muriendo, nadie le habla de la muerte, todos tratan de contar un chiste, de hablar de cualquier cosa, menos de la muerte, no te dejan hablar de lo que tú quieres hablar, que es de tu duelo, del dolor y de la muerte”.
“Aquí te mueres y todo es bien rápido, listo, y te despiden. Creo que tenemos una cultura que tiene que abuenarse con la muerte“, finalizó.
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